Pongamos que hablo de Martinez
por Camila Vizcaíno Alarcón

Es importante que cada arquitecto joven haga una búsqueda consciente de a donde dirigir la mirada, de quien quiere aprender y las razones por las cuales permanecer en un lugar. Al inicio es difícil saber a dónde mirar y descubrir que estás viendo, más aún con 21 años y sin haber dormido bien. Pero poco a poco te vas entrenando para ello, solo les haré un spoiler: al final todo encuentra su sitio. Personalmente tuve mucha suerte, porque me salte este primer paso y sin saberlo conocí a la que hoy considero mi mentora y amiga.

La primera aproximación fue a través del estudio, el refugio. Sí, en el mismo lugar de siempre, impecable, con mucha historia, energía y vida; es como que cada esquina te hablara y contara una historia nueva, donde los más parlanchines son mis compañeros de espacio, Los Valdivia. Después del respectivo tour y la charla previa, escuché la frase que hasta hoy resuena en mi cabeza: “No sabes lo mucho que vas a aprender, es duro pero es una gran escuela”. Muy nerviosa empecé mi primer día de pasante y fue cuando tuve mi segunda aproximación, su obra, con mi casa favorita, Casa Castelago. Sin saber hacia dónde mirar, estaba frente a mi una obra que engloba los conceptos que me identifican, que me inspiran y, sobre todo, que me reta a llegar a ese nivel, para poder desarrollar algún día algo cercano a lo que estaba viendo, con el mismo impacto, que emocione e inspire a más personas así como sucedió conmigo.

Y sin más llega el momento cero, conocer a la arqui, como todos de cariño le decimos. Siempre es una sorpresa conocerla, más aún porque yo tenía en mi mente esta idea de arquitecta inaproximable, que se vino abajo con el primer saludo y la linda bienvenida al estudio, por supuesto recordando la importancia del orden en los procesos, la responsabilidad y la PROLIJIDAD, palabra que nunca se me va a olvidar, aunque reconozco que la debo seguir afinando.

Pasar de la academia a ser parte del mundo fue un paso gigantesco, de mucho aprendizaje, esfuerzo y fortaleza mental, que hoy agradezco infinitamente que haya sido de esta forma, porque te da las bases que necesitas para enfrentar la Arquitectura de esta ciudad valientemente. Entre ojeras, desvelos, y un balance digno de un acróbata, transcurrieron los primeros meses en el estudio que ahora siempre consideraré mi casa.

Seis noviembres han pasado desde ese primer día que selló mi suerte. Donde no solo he sido un trabajador más. He tenido una voz, un voto de confianza, una opinión que siempre ha sido escuchada, he sido cuidada como una hija, he tenido un lugar seguro donde he podido llorar, reírme a carcajadas, donde me he sentido feliz y en paz. Porque no todo se trata sobre arquitectura o debe estar ordenado, inmaculado y en silencio. Hay mucho sentimiento moviéndose en el medio, también es válido decaer, gritar y enojarse con las injusticias o los problemas. Sentir es la mayor fortaleza que podemos tener como seres humanos, y hoy lo podemos catalogar como un acto de rebeldía donde es más fácil quedarse inmóviles y vivir anestesiados, por miedo. Algo que estoy segura no dejaremos que nos suceda.

Puedo describir este tiempo como el trabajo de un arquitecto Renacentista y su pupilo a lado, tomando notas, aprendiendo de cada acierto o de cada problema, de cada historia profesional o personal. Porque no somos máquinas y muchas veces lo personal nos puede apagar tanto que afectan tus ganas de crecer, de crear, de dejarse inspirar, y de proponer, y así es como el maestro indicado te leerá rápidamente y tan solo con una frase, te puede traer de vuelta al ruedo. Aun tengo mucho que aprender, tantas cosas que quiero hacer y proponer, me siento afortunada de haber encontrado a quien me pueda guiar en este camino que apenas empieza, y espero que mientras lees este texto tengas en mente a esa persona. De no ser así, corre, muévete y búscala.

Y ahora puedo observar vida nuevamente, observarme y observar a mi maestra. Observarla mostrándole el camino a alguien más, repitiendo las cosas que alguna vez me habló por primera vez. Pero ahora estoy escuchándola más atenta que nunca, porque cada una de las palabras resuenan más fuerte, y encuentran en mi mente un nuevo hilo conductor, como ella muy sabiamente sabe decir. Y me inunda la felicidad, esa felicidad que te da el estar presentes y conscientes, que al soltar eso que tan bien te hizo, das paso a que más personas puedan desarrollarse y crecer en el mismo espacio. Que bonito es observar el interés de volver a enseñar, las nuevas charlas, temáticas y dinámicas, los nuevos lazos formándose, cocinándose a fuego lento, tal y como nacen todas las cosas buenas.

Me da mucho orgullo decir que he tenido, tengo y tendré, a la mejor maestra, amiga y mamá que la vida me pudo regalar. En el momento perfecto, en el lugar perfecto y ahora soltando para caer en caída libre, como una semilla de mangle que está lista para crecer y dar vida desde un nuevo lugar, esperando convertirse en un árbol tan fuerte como mi maestra. Y…

Para nombrar a quien estoy agradecido
Pongamos que hablo de Martínez

Continuará.

Texto escrito por Camila Vizcaíno Alarcón

Abril 2023
10h28

Las múltiples realidades del espíritu creativo,…..las coincidencias y las contradicciones,…..

Hacer arquitectura en esencia y consciencia.,

Workshop 2023-UDLA,… Proyectos que nacen desde la perspectiva de lo común,… lo importante,… lo urgente,…